La marca parisina Charlie Crane ofrece una colección de muebles infantiles para bebés y niños creada con muchísimo cuidado. Fundada en 2013, su ambición es crear preciosos muebles infantiles de diseño inspirados en el diseño adulto y que se traslada al mundo infantil.

En nuestros interiores modernos, las delimitaciones entre espacios y habitaciones son cada vez más borrosas. Con las creaciones de Charlie Crane, los padres se sienten orgullosos de mostrar los muebles de sus hijos por toda la casa. La hamaca se combina con la decoración del salón; la trona se ve armonizada con la mesa y las sillas del comedor, ¡y la cuna se convierte en una obra de arte!

Charlie Crane favorece el uso de materiales nobles y naturales, como la madera de abedul, que permite esculpir formas complejas y redondear los objetos. Además tiene una sensación suave al tacto, ideal para niños. Esta técnica también tiene la ventaja de ser mucho más precisa que el ensamblaje de piezas individuales de madera, lo que hace posible fabricar piezas de excelente calidad a un precio asequible. También deberíamos mencionar el metal, especialmente el tubo, que nuevamente permite la creación de formas complejas y redondeadas.

Charlie Crane tiene un enfoque verdaderamente editorial. Trabajan ante todo con los diseñadores. Esta nueva generación francesa valora la tradición de la excelencia técnica, especialmente la de los pioneros franceses de la década de 1950 (Prouvé, Perriand, Hitier ...), aliados con la apertura a muchas influencias extranjeras. En particular, el diseño escandinavo de los años 1950 y 1960 y el reciente Diseño Vegetal.

Los primeros productos de Charlie Crane, el sillón-hamaca reclinable LEVO (foto) y el cambiador NOGA, fueron creados por dos diseñadores formados en la Escuela Boule: Erick Demeyer y Steven Leprizé, quienes se reunieron en la Agencia ARCA. La trona TIBU fue creada por el dúo de diseñadores Gaspard Tiné-Berès y Tristan Kopp del estudio Re-Do. La cuna-cama convertible MUKA es del único Gaspard Tiné-Berès, y el escritorio BAKI es de Erick Demeyer.